Seguramente te ha pasado, llegas a casa molido después de un día pesado de trabajo donde ni tiempo te dio de salir a comer, te diriges a la alacena para ver qué te prepararás de cenar, ¡y oh sorpresa! Recuerdas que se te olvidó hacer la despensa el fin de semana. Ni modo, hoy toca dormir con el estómago vacío.