San Valentin es una fecha complicada. Para muchos envidiosos solterones (no, no me siento identificado con esto) es un día repudiable en el que todos los seres humanos deberían odiar y ser odiados; y para los más melosos del condado, la mejor oportunidad de expresar cuánta cursileria se atraviese por su mente. Ahora bien, existe otro sector del planeta, uno menos comprendido, que aunque no está en contra de las expresiones de afecto, necesita expresiones un poco... especiales.