Autoridades del condado Seminole prohibieron que se pesque o nade en el lago Monroe debido a que más de cinco millones de galones de aguas, parcialmente tratadas, cayeron sobre el embalse. La situación ha causado malos olores, gran contaminación y sobre todo un nivel potencialmente alto de bacterias. “Nunca había olido así”, dijo Juan Morales, habitante de Sanford.