La mamografía es uno de los exámenes más importantes en el diagnóstico de cáncer de mama. La recomendación de la Organización Mundial de la Salud es hacerse el estudio cada dos años a partir de los 50 años de edad, aunque el informe también recalca que, en algunos contextos, puede ser provechoso que se comience a partir de los 40 años, mientras que en otros casos no es recomendable hacerlo.