Yuniel trabajaba en el Aeropuerto Internacional de La Habana José Martí y logró llegar a Estados Unidos en un avión de JetBlue, sentado, como si fuera un pasajero más. Cuenta que un juez le dio una orden de deportación que, de hacerse efectiva, lo condenaría a varios años de prisión en Cuba. Se estima que más de 42,000 cubanos están en el país con órdenes de deportación.