Estudios demuestran que cuando un niño llega a un procedimiento médico sin ansiedad o temor, su recuperación es mucho mejor, por ello, estudiantes de la Universidad de Stanford diseñaron perros tecnológicos como apoyo emocional para calmar los nervios que puede generar el hospital. La coordinadora del programa asegura que esta iniciativa es diferente, ya que estos robot-perros pueden mover la cola, pararse, agacharse e incluso bailar y jugar fútbol.