Durante años se creyó que el 12 de octubre fue un momento de regocijo, de alegría. Pues, claro, se celebraba la llegada del marino español, Cristobal Colón, a América en Hispanoamérica, España y los Estados Unidos. En las escuelas de cada lugar recóndito del continente vivían este día «como el día del encuentro entre dos culturas: la salvaje y la civilizada».