Tyrone Padilla, de 61 años, salió a comprar pan y leche para el desayuno, pero al regreso fue perseguido hasta su apartamento, en El Bronx, y posteriormente apuñalado en el cuello y el pecho. “Lo vi tirado, le cogí la cara y le dije ‘no te me mueras’”, narró Violeta Crespo, madre de Tyrone. El puertorriqueño falleció, por lo que sus órganos fueron donados.