Los locales no dicen su nombre, solo se refieren a él como «chillu paese» (en español, «ese pueblo») y después tocan madera para alejar desgracias. No se trata de la temida Transilvania, sino de una villa italiana tan idílica que muchos de nosotros soñaríamos con visitar: Colobraro, un pueblo en el sur de Italia que tiene la reputación de ser un lugar de mala suerte.