Jimmy McGill pasó su vida en una lucha interna en la que se debaten dos fuerzas opuestas: la necesidad de impresionar y enorgullecer a su hermano mayor, el más respetado, serio y exitoso de la familia, y su impulso natural de ganarse la vida tomando el camino más corto y más sencillo, haciendo uso de su talento innato para el engaño y la persuasión.