Hay quienes gastan miles de dólares para asistir a retiros de ayahuasca de cinco estrellas en el Amazonas. Pero en EEUU el movimiento sigue siendo en gran parte clandestino, promovido por las redes sociales y el boca a boca, con ceremonias que se llevan a cabo en las casas de los simpatizantes, alquileres de Airbnb y áreas remotas para evitar el escrutinio de las autoridades.