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Detector de Mentiras

¿Busca Biden derribar la política migratoria de Trump y desproteger las fronteras? Chequeamos los planes de ambos candidatos

Biden no ha dicho que tumbará lo que se ha construido del muro hasta ahora y aunque, como dice el presidente Trump, el candidato demócrata sí ha asegurado que aumentará el número de refugiados que recibirá Estados Unidos, te invitamos a revisar el contexto de esa afirmación.
1 Nov 2020 – 01:20 PM EST
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Amanecer en la frontera. Tijuana, México. Crédito: Mario Tama/Getty Images


Durante la campaña, el presidente Donald Trump ha acusado a su oponente Joe Biden de que planea derrumbar el muro fronterizo entre Estados Unidos y México y de apoyar una política de “fronteras abiertas”. Esto lo afirmaron también el vicepresidente Mike Pence y Donald Trump Jr., el hijo del presidente, durante la Convención Nacional Republicana.

“Creo que escuché que Joe Biden, el soñoliento Joe, quiere derribar el muro”, dijo Trump durante una sesión con la prensa el 8 de agosto. “Quiere que la gente entre a raudales a nuestro país. Quieren fronteras abiertas”.

Trump repitió la afirmación durante su discurso de aceptación a la nominación por el Partido Republicano, el 27 de agosto. “Y [Biden] hasta está hablando de tumbar el muro fronterizo. ¿Qué tal eso?”, dijo.

Esta información es falsa, como han reportado nuestros aliados de FactCheck.org. El exvicepresidente Biden sí apoya una política migratoria más abierta y flexible que la de Trump. Pero eso no es lo mismo que querer abrir las fronteras. “Voy a asegurarme de que tengamos protección fronteriza, pero será asegurándonos de usar tecnología de punta para lidiar con ello. Y en los puertos de entrada, ahí es donde están pasando las cosas malas”, dijo Biden durante una entrevista el 5 de agosto.

De hecho, en el 2013 Biden apoyó una propuesta de ley bipartidista que, además de proveer una ruta hacia la ciudadanía para las personas indocumentadas, proponía que se dedicaran más de $42,000 millones a la seguridad fronteriza. De haberse aprobado, la ley habría duplicado el número de agentes de la Patrulla Fronteriza en la frontera con México y habría añadido 350 millas al muro, así como la adquisición de tecnología para prevenir la migración ilegal.

Biden se ha comprometido a que, si se convierte en presidente, va a detener la ampliación del muro fronterizo que lleva a cabo Trump. Sin embargo, no ha dicho que derribará el muro que ya existía, ni la parte que ha sido construida durante el gobierno de Trump.

Aumento de refugiados


La afirmación de “fronteras abiertas” y otros temas sacados de contexto se han convertido en acusaciones recurrentes en la campaña. El jueves, por ejemplo, Trump dijo en un tuit que Biden planea “incrementar en un 700% la entrada de refugiados a Minnesota, Michigan y Pennsylvania”.

"Mi Administración ha suspendido la entrada de refugiados de países comprometidos con el terrorismo como Siria, Somalia y Yemen. El plan de Biden impulsa a los refugiados en un 700% a Minnesota, Michigan y Pensilvania, sobrecargando escuelas y hospitales mientras abre las compuertas al terror islámico radical".

Esa afirmación también la hizo en días recientes Stephen Miller, el asesor del presidente Trump responsable de muchas de sus políticas de inmigración. Miller sostuvo que las medidas migratorias propuestas por Biden convertirían al estado de Minnesota en “un campamento de refugiados”.

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Estas son algunas de las medidas migratorias que Trump buscará implementar si es reelecto, según Stephen Miller

Cada gobierno establece un límite a la cantidad de peticiones de refugio que Estados Unidos va a aceptar durante un año fiscal. Para el último año fiscal del gobierno de Barack Obama, ese límite se fijó en 110,000. Trump ha ido bajando el límite gradualmente y el pasado año fiscal su gobierno fijó el tope en 18,000. Biden propone establecer un tope de 125,000 y es de ahí de donde Trump y Miller sacan la cifra de un aumento de 700%.

Biden dice en su sitio web que la cifra de 125,000 restablecerá “las admisiones de refugiados de acuerdo con nuestra práctica histórica bajo gobiernos demócratas y republicanos”, pero eso no es correcto. Antes de Trump, el promedio anual, durante 16 años de gobiernos demócratas y republicanos, fue de 76,313, de acuerdo con un reporte de FactCheck.org. La cifra de 125,000 propuesta por Biden es 56% más alta que la del último año fiscal del presidente George W. Bush, cuando el tope se fijó en 80,000, y 14% más alta que el tope de 110,000 fijado por Obama. Sin embargo, no es ni cercanamente un 700%.

En un memorando publicado por la Casa Blanca el 28 de octubre, el gobierno de Trump propuso que para el año fiscal 2021 el tope de admisiones de refugiados sea de 15,000.

La afirmación de Trump de que Biden aumentaría la entrada de refugiados específicamente a Minnesota, Michigan y Pennsylvania tampoco es correcta. Los refugiados que llegan a Estados Unidos se relocalizan en diversos estados del país. De acuerdo con datos del Departamento de Estado, Minnesota, Michigan y Pennsylvania recibieron alrededor de un 10% de los 11,814 refugiados que llegaron a Estados Unidos entre octubre de 2019 y septiembre de 2020.

Inmigración, el tema ausente


Lo cierto es que, en medio de la pandemia de la covid-19, el polarizante tema de inmigración pasó a un segundo plano en los debates presidenciales, por lo que la población no tuvo la oportunidad de escuchar a los candidatos conversar sobre sus planes migratorios. En el primer debate presidencial ni siquiera se mencionó la inmigración y en el segundo y último careo apenas le dedicaron unos minutos.

Esto a pesar de que los asuntos migratorios afectan a millones de personas en Estados Unidos. Según el abogado de inmigración Ezequiel Hernández, los procesos y entidades gubernamentales que lidian con la inmigración han resultado entre los más impactados durante la presidencia de Trump.

“Es uno de los asuntos en los que el presidente ha logrado realizar más cambios”, dijo Hernández, quien ejerce en Phoenix, Arizona y es colaborador frecuente de Univision Noticias. “Hizo cambios al sistema de asilos, a DACA, a qué califica como carga pública para hacerse residente. También implementó los travel bans (prohibiciones de entrada a ciudadanos de algunos países), la separación de familias en la frontera, regulaciones que han retrasado los procesos de USCIS. También desvió fondos del Departamento de Defensa para construir un muro. Es una larga lista”.

De acuerdo con un reporte del Migration Policy Institute, el gobierno de Trump ha reformado el sistema de inmigración a golpe de acciones ejecutivas. Desde el 2017 el presidente ha emitido más de 400 de estos decretos, según el informe, que incluye una lista de esas órdenes.

Las medidas de inmigración que buscan implementar Trump (de resultar reelecto) y Biden (si llega a la presidencia) son marcadamente diferentes.

El plan de Biden se enfoca mayormente en revertir muchas de las políticas que Trump ha implementado. Esa es la primera promesa de un documento titulado “El plan de Biden para asegurar nuestros valores como una nación de inmigrantes”, que está publicado en la página web de su campaña.

El plan de Trump es una continuación de las medidas que ha implementado en los últimos casi cuatro años, según información publicada en el sitio web de su campaña, como parte de su plataforma electoral, bajo el subtítulo “Detener la inmigración ilegal y apoyar a los trabajadores estadounidenses”. Sin embargo, el documento no ofrece detalles de cómo el presidente llevaría a cabo las medidas.

A continuación, presentamos un resumen de las posiciones y propuestas de cada candidato en varios temas de inmigración.

El muro


Trump: La construcción de un “hermoso y enorme” muro fronterizo entre México y Estados Unidos ha sido uno de los temas insignia de Trump, quien hizo esa promesa desde su candidatura en el 2016. De resultar reelecto, Trump planea continuar la construcción del muro. De acuerdo con un comunicado de prensa publicado el 29 de octubre por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), el gobierno federal ha asegurado los fondos necesarios para construir 738 millas del muro. Según DHS, 386 de estas ya han sido construidas y 195 se encuentran en construcción. Trump ha citado cifras similares. “Ya casi está construido”, dijo Trump sobre el muro en un mitin en Pennsylvania el 13 de octubre. “Ya van 392 millas. Está casi construido”.

De acuerdo con información de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), hacia el 19 de octubre, se habían levantado 371 millas de barrera en la frontera. Pero sólo 15 de esas millas constituyen barreras nuevas, donde antes no existía un muro, según datos enviados por esa oficina en octubre a FactCheck.org. El resto de la construcción constituye en su mayoría la sustitución de barreras deterioradas. Antes y después de su elección, Trump ha hablado frecuentemente sobre la necesidad de construir un nuevo muro, ya que, según él, los inmigrantes pueden simplemente rodear o evadir el muro que ya existe.

En cuanto a la promesa de que México costeará la construcción del muro, el presidente dijo en Pennsylvania: “México está pagando por el muro, por cierto(...) Vamos a poner una tarifa donde entran los vehículos y eso será más que suficiente para pagar por el muro”. Ese peaje hasta ahora no existe y no hay evidencia de que México esté pagando por el muro de ninguna otra manera.

De hecho, el muro está siendo costeado con el dinero de los contribuyentes en Estados Unidos y el monto que inicialmente se proyectó se ha casi duplicado, como demuestra un análisis de ProPublica.org del 27 de octubre. Utilizando reportes de gastos y contratos del gobierno federal, ProPublica determinó que el gobierno de Trump no ha logrado limitar los costos de la construcción y ha otorgado contratos sin licitación a varias compañías, cuyos propietarios son donantes de campaña del presidente. Trump había prometido construir 1,000 millas de muro y estimó un costo de $8 mil millones. Pero en octubre su gobierno dijo que había identificado $15 mil millones -que en gran parte provienen del presupuesto de la milicia- para la construcción de 738 millas de muro.

Biden: En una entrevista el 6 de agosto, la periodista de NPR Lulu Garcia-Navarro le preguntó a Biden si estaba dispuesto a derrumbar el muro. “No”, dijo el candidato. “No se construirá un pie más de muro durante mi gobierno”.

Biden plantea que la gran mayoría del contrabando llega a Estados Unidos a través de los puertos de entrada legales y que casi la mitad de las 12 millones de personas que se estima viven en el país indocumentadas entraron legalmente y se quedaron luego de que sus visas expiraron. Biden argumenta que Trump ha malgastado recursos al enfocarse en la construcción de un muro. De resultar electo, Biden “dedicaría los recursos federales a esfuerzos inteligentes para asegurar la frontera”, tales como máquinas de rayos X, torres de vigilancia en los puertos de entrada, cámaras y sensores.

"Como todas las naciones, Estados Unidos tiene el derecho y el deber de asegurar nuestras fronteras y protegerse de las amenazas”, dice el plan de Biden. “Pero sabemos que los inmigrantes y las comunidades inmigrantes no amenazan nuestra seguridad y el gobierno no debe usar la xenofobia o tácticas de miedo para asustar a los votantes para su ventaja política”.

Un reporte que publicó el Congressional Research Service, que utiliza datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, indica que la mayor cantidad de la droga incautada en Estados Unidos durante el año fiscal 2019 llegó por puertos de entrada legales (como aeropuertos, puertos marítimos o puntos de seguridad en la frontera). Según el informe, fechado el 7 de febrero de 2020, los analistas y legisladores generalmente usan información que recaban las agencias de inteligencia y cifras de confiscaciones para determinar cómo entra la droga ilegal al país. Esta información sugiere que la mayoría llega a través de puertos de entrada oficiales, como afirma Biden.

Sin embargo, el reporte hace hincapié en que es casi imposible determinar cuánta droga entra a Estados Unidos en total, ya sea por puntos de entrada oficiales o áreas clandestinas. “Cuando se mete droga de contrabando al país, eso significa que se ha logrado evadir a las autoridades y por lo tanto ese contrabando no es cuantificable”, dice el informe. El reporte concluye que esta falta de datos dificulta que se pueda determinar la efectividad de un muro fronterizo para detener el flujo de contrabando. Lo que sí es cierto, dice la investigación, es que las organizaciones delictivas de tráfico de droga también logran meter una parte de sus productos de manera subterránea, por encima del muro y rodeando la valla fronteriza.

DACA y una ruta hacia la ciudadanía


Trump: En septiembre del 2017, el gobierno de Trump rescindió DACA, un programa de la administración de Barack Obama que protege de la deportación a cientos de miles de personas, conocidos como dreamers, que llegaron a Estados Unidos cuando eran menores. En 2017, Trump instó al Congreso a aprobar una ley que incluya protecciones para los dreamers, ya que Obama aprobó DACA mediante una orden ejecutiva. En enero del 2018, una corte federal de California anuló la cancelación del programa y lo restableció. En junio de este año, la Corte Suprema avaló la decisión del tribunal en California, al determinar que, aunque el gobierno federal tiene el derecho de eliminar DACA, no siguió el protocolo correcto para hacerlo. Trump ha dicho que su gobierno presentará nuevamente documentos adicionales que permitan invalidar DACA.

El gobierno de Trump se ha mostrado abierto a considerar una reforma migratoria que incluya una ruta hacia la ciudadanía “basada en méritos” para algunos inmigrantes que ahora mismo no calificarían, a cambio de una mayor seguridad en la frontera. Un documento que publicó la Casa Blanca en enero del 2018, titulado “ Marco de la Casa Blanca para la reforma migratoria y seguridad fronteriza”, propone proveer estatus legal para beneficiarios de DACA e inmigrantes indocumentados que calificarían para DACA. El documento indica que se trataría de aproximadamente 1.8 millones de personas. Entre las medidas está: “Una ruta de 10-12 años hacia la ciudadanía, con requerimientos sobre trabajo, educación y buen carácter moral”. El plan de inmigración de la campaña de reelección de Trump no incluye ninguna información relacionada con esta propuesta.

Biden: Biden planea restituir el programa DACA mientras “explora opciones legales para proteger las familias [de los dreamers] de las separaciones inhumanas”, según el sitio web de su campaña. El candidato promete además asegurar que los dreamers puedan recibir ayuda financiera federal para la universidad.

“Los dreamers y sus familias deberían disponer de una ruta hacia la ciudadanía a través de una reforma migratoria aprobada por la legislatura”, dice el plan de Biden. El candidato plantea comenzar a trabajar con el Congreso inmediatamente para “modernizar el sistema” con la prioridad de “mantener a las familias unidas” al proveer una vía hacia el estatus legal y la ciudadanía para casi 11 millones de inmigrantes indocumentados. Las personas que recibirían el beneficio han “vivido en nuestro país y lo han fortalecido por años”, dice el plan de Biden. Para legalizar el estatus, estas personas tendrían que “registrarse, estar al día con sus impuestos y pasar una verificación de historial delictivo”.

Asilo y TPS


Trump: Además de reducir la cifra de refugiados que Estados Unidos puede recibir, Trump ha implementado varios cambios de reglamento que han limitado la entrada al país de personas que piden asilo en la frontera. En enero del 2019, se hizo efectivo el cambio que obliga a las personas que buscan asilo en Estados Unidos a esperar en México mientras se procesan sus solicitudes (aunque no sean mexicanos). Además, Trump ejecutó un cambio que obliga a personas que buscan asilo en Estados Unidos a solicitar refugio en un “ tercer país seguro”. Con ese fin, Trump firmó pactos con Guatemala, Honduras y El Salvador.

El gobierno también emitió regulaciones en junio de este año que limitarían drásticamente el proceso de otorgamiento de asilo, al dar a los jueces mayor discreción para desestimar rápidamente las solicitudes. Los cambios limitan quién puede calificar para el asilo por persecución racial, religiosa o política, por nacionalidad o por pertenecer a un grupo social específico. Trump ha dicho que quiere “restaurar la integridad del quebrantado sistema de asilos” para limitar las solicitudes frívolas y agilizar el proceso.

Trump también decidió retirar el Estatus de Protección Temporal (Temporary Protected Status, TPS), el programa que protege de la deportación y otorga permiso de trabajos a miles de personas de Haití, Honduras, El Salvador, Nepal, Nicaragua y Sudán. Esta protección se otorga a personas cuyos países atraviesan crisis políticas o se recuperan de un reciente desastre natural, como el terremoto del 2010 en Haití o el Huracán Mitch que afectó Centroamérica en 1998. Muchas de esas personas han permanecido en el país por hasta dos décadas, debido a que gobiernos pasados extendieron periódicamente el estatus TPS.

El 14 de septiembre, la Corte de Apelaciones del 9º Circuito, en California, determinó que Trump sí puede terminar con el programa, lo que implica la posible deportación de los beneficiarios de esos países. El gobierno de Trump argumenta que las causas por la que se les otorgó el estatus han cambiado en sus países de origen y que el estatus se ha extendido más de lo necesario. Su gobierno ha extendido el TPS para nacionales de Somalia, South Sudan, Yemen y Siria.


Biden: El candidato plantea revertir muchos de los cambios a la política de asilo que ha implementado Trump, de acuerdo con el sitio web de su campaña. Lo primero que haría es terminar con “la desastrosa política de Trump de obligar a las personas que buscan asilo a esperar en calles muchas veces peligrosas de México antes de permitirles solicitar [la protección]. Biden dice que esto ha creado un ecosistema de violencia y explotación que ha permitido a los carteles de drogas atacar y explotar a los migrantes. “Biden va a asignar los recursos necesarios para asegurar que las solicitudes de asilo se manejen de manera justa y eficaz, tratando a las familias y los niños con compasión”, dice su plan.

Grupos de derechos humanos han denunciado que los inmigrantes que se encuentran en campamentos al otro lado de la frontera mientras esperan para poder solicitar asilo no tienen acceso a los servicios básicos y están siendo sometidos por pandillas, abusados sexualmente y explotados. En diciembre de 2019, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) y el Center for Gender and Refugee Studies enviaron una carta al Departamento de Seguridad Nacional pidiéndole que ponga fin a la política de hacer a la gente esperar en el estado de Tamaulipas en México, “una de las regiones más peligrosas del mundo”. En septiembre, el Departamento de Estado emitió una alerta de viaje advirtiendo a los ciudadanos estadounidenses que eviten viajar a Tamaulipas por riesgo de “crimen y secuestro”.

En cuanto al TPS, Biden dice que ordenaría una revisión de la protección a las comunidades vulnerables que no pueden regresar a sus países de manera segura, según su plan. Biden promete impedir que los beneficiarios de TPS sean enviados a países que son inseguros y dice que buscará trabajar con el Congreso para ofrecer a estas personas una vía hacia la ciudadanía. El candidato también se ha comprometido a otorgar TPS a los venezolanos que ya se encuentren en Estados Unidos.

“Migración en cadena” versus “méritos”


Trump: El plan del presidente es cambiar un sistema de inmigración que se enfoca en los lazos familiares – lo que él llama "migración en cadena" – a un sistema “basado en méritos” que dé preferencia a inmigrantes jóvenes, con recursos económicos, que dominen el idioma inglés y que tengan habilidades especializadas ( high-skilled workers).

En una carta enviada al Congreso en octubre del 2017, Trump propone “limitar el otorgamiento de residencia permanente ( green card) solamente" a cónyuges e hijos menores de ciudadanos" e implementar “un sistema basado en méritos que priorice las contribuciones económicas sobre las conexiones familiares”. En el sistema actual, los residentes permanentes pueden patrocinar a cónyuges e hijos solteros para la residencia, mientras que los ciudadanos pueden solicitar residencia para sus cónyuges, hijos, padres y hermanos. Ese proceso puede tomar años, incluso décadas, e incluye una verificación de historial delictivo, exámenes de salud y comprobantes de que los solicitantes pueden sostenerse financieramente o cuentan con alguien que se encargue de sus gastos. Trump argumenta que este tipo de inmigración ha afectado la fuerza laboral estadounidense al atraer personas sin habilidades especializadas que compiten por los trabajos de bajo sueldo.

Trump propone eliminar el programa Diversity Visa, también conocido como la lotería de visas, que dispone que se otorguen al azar 50,000 visas anualmente a ciudadanos de países con bajo porcentaje de inmigración a Estados Unidos. El propósito de este programa es diversificar la población del país.

“El plan del presidente está diseñado para atraer inmigrantes que estén listos para integrarse a la sociedad estadounidense”, dice un documento que publicó la Casa Blanca en mayo pasado, titulado “El audaz plan de inmigración de Trump para el siglo XXI”. “Antes de cualificar, los solicitantes de residencia deben pasar un examen cívico sobre Estados Unidos y demostrar dominio del inglés. El plan prioriza a la gente joven que tiene más probabilidad de construir lazos a largo plazo y contribuir a nuestra sociedad”. Para realizar estos cambios, Trump necesitaría del apoyo del Congreso, ya que se requeriría cambiar las leyes.

El gobierno también amplió el alcance de la regla de carga pública. Esta regla establece que antes de aprobar beneficios migratorios para personas que buscan entrar al país o inmigrantes que buscan ajustar su estatus, el gobierno debe determinar primero si el solicitante podría convertirse en una carga para el Estado. El gobierno de Trump amplió la lista de las ayudas federales que, de haberlas recibido, podrían utilizarse para determinar si un inmigrante se convertirá en una carga.

Biden: Este es uno de los temas en los que más se diferencian las dos campañas. En su plan de campaña, Biden plantea “rechazar la falsa elección entre inmigración ”por empleo e inmigración por lazos familiares”.

“Como presidente, Biden apoyará la inmigración basada en lazos familiares al preservar la unificación familiar como una de las bases de nuestro sistema migratorio”, dice el plan. En ese sentido, Biden propone reformar el proceso de otorgamiento de visas para familiares de residentes y ciudadanos, para que este sea más rápido. Biden permitiría que los solicitantes que ya hayan sido aprobados reciban visas temporales de no inmigrantes mientras se procesan sus residencias permanentes.

Anualmente, Estados Unidos establece un límite en las visas que se otorgan por país. Biden planea apoyar una ley que permita a los cónyuges e hijos de residentes permanentes que estén exentos de ese límite y puedan inmigrar más rápidamente.

Biden planea mantener el programa de lotería de visas. Según el candidato, “la preferencia a la diversidad es esencial para preservar un sistema de inmigración fuerte y vibrante”.

Biden también planea eliminar los cambios realizados por Trump a la regla de carga pública.

Conclusión


Es cierto que Biden plantea en su plan de gobierno deshacer una buena parte de las políticas migratorias de Trump y los candidatos tienen visiones antagónicas sobre el tema. Sin embargo, no es cierto que Biden proponga una desprotección absoluta de las fronteras ni deshacerse de la parte del muro que ya está construido. En su lugar, plantea otras formas de proteger las fronteras y garantizar la seguridad.

Lee aquí también una comparación detallada de los planes migratorios de los dos candidatos a la presidencia:



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